La
educación ha ido evolucionando a través de los años, a nuestra generación e
inclusive a la de nuestros padres, se les impartía el conocimiento a base de
memorización, se tenia que hacer lo que el profesor decía y si era cuestionado;
el alumno resultaba castigado pues el profesor era una figura de autoridad
y el “todo poderoso”. Un ejemplo muy
claro de esto, narrado por mi compañera Sonia Gómez; al aprender las tablas de multiplicar; la metodología era
repetir, repetir y repetir sin un análisis lógico matemático del porqué del
resultado y para qué, fue solo una sistematización sin reflexión, al igual que
los elementos de la tabla periódica en la clase de química.
Por
supuesto siempre ha habido profesores que valoran su labor como docentes, y
buscan que el aprendizaje realizar una resignificación de los conocimientos que
debe impartir, no solo seguir el currículo y cumplir con el requisito, sino que
buscan que se convierta en un proceso creativo, que fomente la investigación,
el trabajo el equipo, que logre asimilar el conocimiento; lo que a su vez se
refleja en satisfacción personal por un trabajo bien realizado. Otro ejemplo de
este aprendizaje también de mi compañera Sonia Gómez fue cuando su maestra de
sexto de primaria nos pidió hacer unas tarjetas en fichas bibliográficas de
países y capitales del mundo, primero América y después Europa, etc. Lo mejor
fue que les pidió poner notas que los ayudaran a recordar las capitales, ella decidió
poner la bandera de cada país y su idioma, su moneda y así agrego detalles que
hicieron unas tarjetas tan completas con un pequeño mapa, con su
ubicación geográficas, a la maestra le gustaron tanto las tarjetas que pidió
que todos en el grupo las hicieran igual, lo que despertó en ella el interés
por la geografía mundial.
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